El día tres
de febrero fuí al teatro Juan Ramón Jiménez en la ciudad de Telde,
que se encuentra al lado del mercado municipal. Vi una obra de teatro
sobre la historia de Juan García, “El Corredera”, que se
desarrolló en Telde entre el año 1936 hasta 1959, teniendo de fondo
la guerra civil española. La obra fue interpretada por la compañía
Los profetas de mueble bar y adaptada por Miguel Ángel
Martínez. La obra comenzaba con “El Corredera” hablando sobre su
vida. Contaba que vivía en Telde, que era un hombre sencillo y que
tenía una perra. Ella era especial, ladraba una vez si venia la
Guardia Civil a detenerle, y dos veces, si venían los falangistas.
En el
siguiente acto habían dos actores vestidos de falangistas que
llevaban a unos hombres en un camión para ser arrojados en “La
Sima” (La Sima de Jinámar). Fue cuando Antonio Pildain, obispo de
la diócesis de Canarias, intervino para que no se les arrojara.
Ellos dijeron que los soltarían.
En el
siguiente acto se ve a Juan con su hermano Antonio. Este le trajo
comida. Juan le dio unos sombreros de paja, de los utilizados en
romerías, que había hecho para venderlos. Juan le contó que había
visto a los falangistas tirar vivos por “La Sima” a unos hombres
inocentes, incluso a un niño de poco más de catorce años. Él
decía que por lo menos le tendrían que haber pegado un tiro antes de
arrojarlos, y así no sufrirían tanto. Decía que a la mañana
siguiente se podían ver cuerpos de hombres en la marfea. Cuando
Antonio se despedía, Juan le dijo que lo encontraba extraño. Antonio se volvió a sentar, le contó que a su hermana Pinito le
habían dado un golpe los falangistas. Que él mismo la había
llevado al médico, pero éste le dijo que no se despertaría
fácilmente.
En el cuarto
acto se ve lo que le contó su hermano a Juan. Se ve a Pinito
discutiendo con “el Trujillo” que era un carnicero y jefe de una
brigada falangista. Ella le dice: ¡No, no me callo! ¡Estoy
harta de que me trates así, a mi y a mi familia! ¡Que no, que no
me callo! ¡No, esta vez no me voy a callar! ¡Suéltame! ¡Eres un
cobarde Trujillo! ¡Si Juan estuviera aquí seguro que salías
corriendo! En este momento Trujillo le golpeó con la culata
del arma y la dejó inconsciente. A continuación Antonio la recoge y
se la lleva al médico.
En el
siguiente acto se ve al corredera hablando sobre su amigo ``El
Faro´´. Cuenta que era un hombre fiel, que siempre le ayudaba, que
era fuerte y grande.
En esta
escena se veía a Juan con “Faro”. Estaban en una taberna tomando
ron. Bueno en realidad era solo “Faro” el que estaba bebiendo.
Juan no estaba bien después de lo de su hermana Pinito. Luego “Faro”
insistió en ir a comprarle carne a Trujillo, pero Juan no lo quería
ver así que se quedo fuera. Después de charloteos de “Faro” con
Trujillo, Juan lo llamó y le dijo:
-¡Trujillo!
-¿Y tú
quien eres?
-¿Es que no
has oído hablar de mí?
Se giró, y
disparó, haciendo que Trujillo cayera al suelo y “Faro” saliera
corriendo.
En el
siguiente acto, Juan fue a la casa de una amiga de la familia. Le
dijo que si le podía ayudar y darle cobijo, él la amenazó para que
ella no le delatara y que pudiera decir que le había amenazado, si
le preguntaba alguien. Entonces entró un hombre y le dijo que la
Guardia Civil lo estaba buscando, que saliera corriendo que él le
ayudaría. Juan se refugió en una cueva situada en el barranco de
Silva.
En el
siguiente acto, se encuentra con su mujer, la cual se había
“enganchado” a un portugués rico. Su mujer le propone a
Juan irse a América del Sur y así salvarle, pero él lo rechazó.
En el
siguiente acto encontramos a Juan en la cueva con su hermano
Antonio. Entonces aparece el guarda jurado Enrique López que mata a
la perra de Antonio. Entonces Juan discutía con el guarda. Pero en
ese momento Enrique le dispara a Juan en el brazo. Enrique huye. Juan
se arrastra para intentar matarlo pero cae inconsciente. Antonio lo
coge en brazos y se lo lleva al médico.
En el
siguiente acto lo encuentran en Tejeda, lo apresan y se lo llevan
para juzgarlo. Lo sentencian a muerte por vía militar y lo ejecutan
a garrote vil, en presencia del obispo Antonio Pildain, su mujer y
su abogado. Pese a muchos intentos por parte del pueblo y la iglesia
de lograr el perdón.
Esa es la
historia de un teldense que se resistió a luchar por una causa, El
Movimiento Nacional, en la que no creía. Su rebelión le llevó a que
le culparan por hechos que no había cometido. En esa lucha cometió el homicidio de Trujillo, quien había abusado de su familia. Hoy su
histórica resistencia lo ha convertido en un héroe, para ciertos
grupos de personas. Sin embargo, él dijo de si mismo:
"Me han considerado dirigente de masas y, sin embargo, lo único que he sido es un desgraciado..."
Mi opinión
es que fue bastante interesante, que me atrajo mucho, ya que es parte
de mi historia. La historia teldense.
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